Críticas Queen & Slim (2019)

Un lamento emotivo que tiene fuerza incluso cuando tropieza. Es difícil encontrar otra película norteamericana de 2019 que empiece con la misma furia y frustración.

Retrata a sus personajes de forma implacable, convincente y multidimensional. Da que pensar y es profunda y muy emotiva.

Una visión atrevida de una historia ya conocida que también funciona como una obra deslumbrante de arte de protesta.

Potenciada por el magnetismo de Kaluuya y Turner-Smith, 'Queen & Slim' vibra con un enfado intenso y un estilo provocativo.

Aunque la narrativa sigue un camino lineal, cada episodio ofrece una estructura única y completa. Provoca una mezcla de emociones como rabia, ardor, tristeza y un toque de dulzura.

El simbolismo que rodea a la pareja principal se convierte en una carga que afecta negativamente al tono. Las intrigas de la historia desvanecen la fuerza emocional de sus momentos más bellos y personales.

Su enfoque y su amplitud me transmitieron cosas potentes. La 'retórica' de 'Queen & Slim' vibra de rabia, amor y luto.

Es seductora, gracias al impecable trabajo de Matsoukas y Kaluuya, pero al final, para ser una película de amor, me habría gustado sentir un poco más.

Tal vez lo que realmente necesita Estados Unidos es un buen road movie. Hay momentos en la película que resultan realmente cautivadores.

Envolvente y pulida ópera prima, siempre amena y vibrante. Sin embargo, a veces sucumbe a un formulismo que disminuye la efectividad de su mensaje.

La estructura del relato se mantiene clara y, en el momento preciso, la narrativa frena suavemente para ofrecer una historia de amor desencantado repleta de imágenes que evocan fuertes emociones.

Matsoukas plasma en su primer largometraje su interés por los entornos llenos de personalidad, el atractivo de la celebridad y los vestuarios icónicos.