Críticas Whiplash (2014)

Damien Chazelle recrea los duelos de tambor S&M con una apabullante maestría. Y Miles Teller y JK Simmons te dejan sin habla. Que batan los tambores para un Oscar a Simmons, y que le añadan un desplome de platillos para 'Whiplash'. ¡Es electrizante!

Miles Teller y JK Simmons van mano a mano en un potente drama sobre un joven y ambicioso batería y su abusivo maestro.

Chazelle demuestra ser un excepcional constructor de escenas que captan nuestra atención gracias en gran parte a su co-estrella JK Simmons.

Un estudio superlativo sobre la musicalidad del cine.

La habilidad narrativa de Chazelle va construyendo una acelerada tensión dramática como una olla exprés que finalmente explota en la magnífica secuencia final. En ese punto, el espectador al que no le suden las manos no tiene sangre en las venas, sino clorofila.

Un relato inteligente, bien contado y con dos actores que atrapan.

Si algo me impresionó de 'Whiplash', además de las actuaciones y la elegante puesta en escena de Damien Chazelle, es su guión, que en el momento menos esperado toma un giro sorprendente y logra redireccionar la historia.

Una descarga emocional para el espectador, que nunca está seguro de si la consagración sangrante de Andrew es una locura o es simplemente la necesidad de abrazar la oscuridad, que aquí usa camiseta negra ajustada, para perder todo temor y poder, al final, producir luz.

Retrato de una relación sadomasoquista entre un profesor y un aspirante a baterista donde la música se presenta como una labor masculina, carente de espacio para el disfrute.

Un relato poderoso, turbador y energético.

Película intensa y atrapante, que se desarrolla como un torbellino musical y emocional, arrastrando al espectador con fuerza.

Es siempre fascinante y por momentos demoledor para, en definitiva, un inteligente ensayo sobre los costos y sacrificios que conllevan la búsqueda de la perfección, de la excelencia.