Críticas Rabbit Hole (2023)

Actores excepcionales y un Kieffer Sutherland que utiliza la ironía como herramienta de actuación, convierten a esta serie de espionaje, donde el mundo enfrenta un grave peligro, en una obra singular.

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Absurda pero divertida. Es hábil y, aunque comienza de manera lenta, su encanto realmente brilla gracias a sus giros extravagantes.

Un thriller inconsistente que no logra captar la atención del espectador. No vale la pena explorar esta trama confusa.

De momento, merece la pena.

La serie pierde ritmo al incluir flashbacks y diálogos torpes, pero el espectáculo de ver a un Sutherland en su papel más charmático, enfrentándose a crisis de forma entretenida, resulta ser bastante ameno.

Un thriller apasionante que se vuelve cada vez más complejo y rico en matices.

El que fuera Jack Bauer se divierte como nunca junto a Charles Dance en este drama conspiranoico de alta tensión que da un giro inesperado y se descontrola por completo.

Una mezcla de terror amable con una pizca de cinismo, y aunque no diría esto en la mayor parte de los ejemplos, Sutherland está perfectamente interpretado.

Algunos retoques y un poco más de intensidad podrían convertirla en una serie sólida, pero por ahora no tiene mucho que ofrecer.

La eficacia de 'Rabbit Hole' radica en la habilidad de sus elementos fundamentales: un guion agudo, una ejecución sólida y un elenco de gran calidad, con un protagonista Sutherland que destaca por su carisma y presencia.

Reencuentro feliz con el Kiefer Sutherland más paranoico en un entretenido thriller que explora los peligros del big data.

Sutherland parece ideal para este tipo de papeles y, a pesar de que se nota el desgaste con respecto a su Jack Bauer de hace veinte años, logra transmitir autenticidad en su interpretación.

Parece una de esas mezclas comerciales entre talento y concepto que, al final, resulta en un estancamiento.