Críticas Con la magia en los zapatos (2014)

Un accidente de zeppelin que ocurre a cámara lenta comienza como una fábula desgastada, pero rápidamente se despliega en una espiral que se vuelve cada vez más incontrolable, sin que la historia logre hacerse más emocionante o cautivadora.

Una fábula de realismo mágico profundamente seria y sin rastro de gracia. 'The Cobbler' cierra con 15 minutos de momentos sorprendentes.

Los materiales son de calidad y el artesano demuestra su oficio, aunque el guión necesita algo más de desarrollo.

Con el espíritu de un cuento de hadas, la premisa procura una serie de gags afortunados, aunque su atropellada segunda parte no ostenta ni la fuerza ni el ingenio de la primera.

Simpático a veces, rápido en su accionar otros, entretenido siempre, el film combina acertadamente la comedia más alocada con la dramaticidad del personaje central.

A pesar de su evidente sentimentalismo y costumbrismo, 'The Cobbler' consigue un equilibrio aceptable en su narrativa, en gran medida gracias a las actuaciones.

A Sandler, su maduración forzada no le sienta bien.

Una puesta errática, con algunos aciertos pero que en general vaga sin decidirse por la comedia, el drama o lo fantástico un Adam Sandler que hace lo suyo a reglamentO.

A ratos entretiene debido a los personajes que calza, pero esto poco a poco se va diluyendo. No se profundiza en la personalidad ni moralidad de ninguno.

Ante los premios Razzie, sería injusto otorgar el título de Peor Actor a Sandler, ya que aunque es el protagonista, su papel es más el de un actor secundario. La categoría más adecuada para él sería la de Peor Actor de Reparto.

Hay mucha variedad y el menú zapatesco es más bien de outlet. El realizador Thomas McCarthy cuenta los acontecimientos de manera confusa y desfasada. Como resultado, el personaje grotesco que Sandler normalmente crea se convierte en una caricatura excesivamente exagerada.

El popular comediante explora el género dramático, pero el resultado no logra ser del todo convincente.

Tarda en arrancar, pero cuando lo hace, se vuelve totalmente imprevisible y muy graciosa.