Críticas Fast & Furious: Hobbs & Shaw (2019)

Cuando vas a ver una entrega de 'Fast & Furious' esperas tres cosas: diversión, caras conocidas y acción que desafíe las leyes de la física. 'Hobbs & Shaw' cumple sobradamente en los tres aspectos.

Acción a raudales. Las elaboradas escenas físicas y los numerosos efectos especiales son testimonio de la gran inversión realizada, logrando un espectáculo visual que se traduce en un tipo de acción visceral y muy entretenida.

Johnson, Statham y Kirby ofrecen actuaciones magníficas. Sin embargo, a mitad de la película, las secuencias de acción se vuelven tan elaboradas que deslucen lo que hemos visto hasta ese momento.

Leitch parece saber con precisión lo que debe hacer para que todo funcione sin interferir en el trabajo de sus protagonistas: bromean, luchan, se besan y destrozan todo hasta que el helicóptero les lleva de regreso a casa.

Aquellos que estén buscando disfrutar de un buen escapismo en forma de película de verano encontrarán aquí una obra con suficiente espectáculo como para olvidarse un rato de la realidad.

Inesperadamente entretenida. Aunque es algo más larga de lo que debería ser y pierde ritmo hacia el final, ofrece buena acción y diversión para pasar el rato.

Es un completo sinsentido, pero resulta bastante entretenido. Muestra que quienes están a cargo de la franquicia han perdido el interés y solo buscan proporcionar placeres efímeros.

Es lo suficientemente exagerada para ser divertida. Todo funciona y resulta ser algo distinto a lo que ofrecen otras películas de la saga.

Ni Johnson ni Statham cuentan con un buen material para desarrollar sus personajes, y su interacción resulta poco agradable. La película debería regresar a conceptos más simples.

Para lo que es, la audiencia debería estar satisfecha: tiene un reparto asombroso, acción hábil y ofrece entretenimiento vertiginoso.

La película presenta toques de humor y escenas que están bien logradas, pero a estas alturas le haría falta una renovación. Un cambio de aceite y una revisión técnica no le vendrían nada mal.

Es una película realmente estúpida, pero de forma que se las ingenia para ser absorbente y muy entretenida.

Desesperada y ofensivamente insulsa. Al final, terminé deseando que al menos me hubiera ofrecido algo de valor.

Muy larga para lo que cuenta, podría desprenderse de muchas secuencias en estático para concentrarse en lo que interesa, que son la docena larga de momentos de acción.

Sigue siendo divertida y descontrolada, aunque pierde un poco de fuerza.

La apuesta decidida por el humor es la principal virtud de un auténtico armatoste blockbuster. Tan bien engrasado que va solo, pero carece de momentos de brillo. Se refugia en exceso en el montaje atropellado.

Esto es el cine: que encontremos en aquello que se vuelve gigantesco hasta el absurdo, por pura saturación, el elemento humano: la sana ironía de saber que el peligro sin cuento al que se enfrentan los héroes está allí para hacernos muy felices.

Como vehículo de entretenimiento, se queda atrapada en sus propios recursos y, al compararla con sus predecesoras, no alcanza su nivel. Sin embargo, seguramente resultará atractiva y, al final, será satisfactoria para los fanáticos incondicionales de la saga.

Aunque le sobran unos 30 minutos, la película ofrece a los fans de la franquicia exactamente lo que esperarían de estos dos personajes.

Es una película que se construye bajo sus propias reglas para cumplir la tarea de entregar un paquete de algo más de dos horas de entretenimiento lleno de velocidad, testosterona y acción de pasarela.

Entrega lo que sabe hacer mejor, toda la acción y la desmesura iluminadas por ráfagas de humor.

Una trepidante aventura, donde el efectivo encanto en pantalla de Johnson y Statham se suma a la belleza y habilidad física de Kirby. Un elemento clave es también la adición del humor a la acción.