Críticas Flux Gourmet (2022)

Su película más divertida hasta la fecha. Parece la culminación de las fascinaciones y temas de Strickland en la actualidad. Su identidad única proviene de su meticuloso diseño, abarcando todo, desde el vestuario hasta el sonido.

Strickland ha entregado otro delicioso drama basado en los personajes que equilibra lo divertidamente surrealista con lo incómodamente real, y es un viaje salvaje e ingenioso.

Su película más extraña, puede que la mejor. Este es el gran acto de prestidigitación de Strickland; saca algo parecido a la conmoción de lo raro, al igual que conjura lo visceral e incognoscible de los alimentos ordinarios.

Strickland mantiene un tono inquebrantable a lo largo de la película y cuenta con el apoyo de su elenco. 'Flux Gourmet' es una película muy satisfactoria para los aventureros.

El mayor problema que tengo con 'Flux Gourmet', una película que disfruté sobre todo por su audacia y dedicación a un concepto estilizado, es que se anuncia como una película de terror de comedia negra

Imagina lo complejo que resulta crear paisajes sonoros significativos y, al mismo tiempo, comercialmente viables utilizando algo tan inusual como un glaseado de chocolate. Es realmente surrealista que 'Flux Gourmet' logre convertirse en un título tan valioso.

Ofrece una mezcla de críticas que dejan al espectador con mucho que asimilar, pero no todo es fácil de digerir. Lo extraño es precisamente lo que divide, pero también sucede con el arte.

Una delicadeza cinematográfica brillante, extraña y, en ocasiones, grotesca, con influencias del terror. Es evidente que se trata de una película de Peter Strickland.

Hay unos cuantos planos y un puñado de escenas donde se manifiestan el talento y la creatividad de Strickland. Sin embargo, en gran parte de las casi dos horas de 'Flux Gourmet', lo que predomina es una sensación de decepción, frustración e irritación.