Críticas Predator: La presa (2022)

Una franquicia conocida se adentra en un terreno desconocido. 'Prey' se establece como una de las entregas más impresionantes de la serie.

Exige ser vista en una pantalla lo más grande posible para apreciar plenamente una de las mejores películas de acción del año, además de ser una de las mejores entregas de 'Predator' desde la original.

La precuela proporciona a los seguidores de 'Predator' lo que esperan, pero también se sostiene como una narrativa independiente. La franquicia, que parecía haber perdido impulso, ahora se presenta revitalizada y llena de satisfacciones.

La última secuela de 'Predator' parece tener menos problemas que sus predecesoras.

Una ágil masacre a través de un perfecto éxito de taquilla a finales del verano. Que un sucesor tan digno quede relegado no al cine sino a la guerra del streaming es una matanza brutal en toda regla.

Es incluso mejor de lo que los fans de 'Predator' podrían haber soñado.

Precuela de la saga que preserva la esencia de la original. Es violenta con un estilo único, presenta gráficos impecables y genera una tensión inquebrantable, además de funcionar como una obra independiente.

'Prey' revitaliza la saga de 'Predator', recuperando los elementos que la popularizaron al integrar tácticas y armamento tradicionales del cazador con una nueva y formidable presa que ofrece grandes posibilidades.

El director Dan Trachtenberg demuestra una gran maestría en este emocionante thriller que mantiene al espectador al borde de su asiento.

Así es cómo se relanza una franquicia de terror

El mundo no necesitaba otra película de 'Predador', pero Dan Trachtenberg logra crear una precuela emocionante con el protagonismo de nativos americanos.

Una cautivadora dirección artística, una excelente selección de locaciones naturales en Canadá y un uso moderado de efectos visuales caracterizan a esta película que combina elementos de western feminista con toques de género fantástico.

No escapa a algunas situaciones que superan la credibilidad del argumento, sin embargo, la aventura es tan sincera y amena que resulta sencillo ignorarlas.

El resultado es un trabajo minimalista pero rico en adrenalina que, aunque no llega a superar o equiparar a la cinta de McTiernan, sí llega a ser un espectáculo digno.