Críticas Space Jam: Nuevas leyendas (2021)

Un blockbuster excesivo, creado principalmente para comercializar productos derivados.

A pesar de contar con animación deslumbrante, la película se convierte en un caos de cameos corporativos y de celebridades, sin conseguir captar el peculiar espíritu de la original de los 90.

No he visto nada como esto. También espero no ver nunca más nada como esto y desearía que pudiera no haber visto lo que he visto.

Ofrece una revancha hasta para los fans más pendencieros. El masivo arenero de Lee permite sembrar curiosidad sobre la historia del cine en las audiencias infantiles.

Resulta inexplicable por qué resulta 30 minutos más larga que su predecesora y hace que ésta parezca un ejemplo de narrativa sólida y clásica.

No es un cine satisfactorio, no es una historia que merezca la pena, ni un rato entretenido, sino un 'gran producto'.

Una actualización moderna de uno de los mayores bastiones de nostalgia. Su historia central sobre un padre y un hijo se abre camino entre el exceso, dándole un corazón y un mensaje que anima a ser fiel a uno mismo.

Incluso con un Bill Murray providencial por en medio para salvarla completamente, es una experiencia más fluida y menos insoportable que la primera.

LeBron James se desempeña de manera notable en su primera participación como protagonista en una película de ficción. Sin embargo, el relato pierde fuerza rápidamente, y la trama no logra sostenerse durante los 120 minutos que dura.

Lee supera con creces a su principal competidor en la cancha y logra transformar su película en una singular reinterpretación de Starfighter.

Falta de gracia, que se ha perdido en algún punto de un proceso creativo en el que parece que nadie se ha esforzado significativamente.

'Space Jam 2: Una nueva era' presenta todos los avances tecnológicos disponibles y se apoya en el fenómeno de las redes sociales y los videojuegos.

Es divertida en el trayecto, pero, al final, no alcanza sus propias pretensiones debido al evidente regodeo.

Una extraña propaganda de Warner Bros. Cada uno de los involucrados parece ignorar que, al fijarse en el pasado de la compañía, están perdiendo de vista cualquier futuro que podrían tener.

Es mucho mejor que su predecesora, gracias a unos Looney Tunes mucho más irreverentes y divertidos, y a una avalancha de referentes cinematográficos que dejarán con la boca abierta a muchos adultos con corazón de niño.