Críticas Amigos imaginarios (2024)

La puesta en escena no es perfecta, pero cuando alcanza su clímax, Reynolds y Fleming logran que sea bastante entretenida.

Es un desastre que confunde el impulso con la inspiración y que, al cambiar tanto de enfoque, disipa cualquier posibilidad de impacto en el espectador.

Puede pecar de esforzarse demasiado, pero es un cambio refrescante con respecto a tantas otras películas familiares que apenas parecen intentarlo.

Aunque no es tan divertida como se podría esperar y presenta cierta desigualdad en algunos momentos, las emociones y las ideas que ofrece compensan las irregularidades de la película.

Graves derramamientos de sentimentalismo y azúcar. Si la cosa no acaba de naufragar del todo es por el inspirado diseño de las múltiples criaturas y un aceptable dinamismo en algunas escenas de acción.

John Krasinski reivindica el valor de la infancia en una película de grandes contrastes. Lo mejor: Tiene un mensaje muy potente que conviene recordar y una inmensa variedad de personajes adorables.

Existe un buen balance entre el drama y la diversión en la cinta y esto la hace más realista. Krasinski logra un gran trabajo en combinar ambas variables.

No se vaya con la finta, va más allá de una película infantil. Tiene sus cosas pero al final, mucho más valor como historia de lo que en un principio se antoja.

Una cinta dulce y nostálgica. La intención de Krasinski es noble.

Un absoluto desastre