Críticas Hasta siempre, hijo mío (2019)

Una obra maestra conmovedora, profunda y desgarradora. Una película penetrante y emotiva que trastoca los sentidos.

Sus aspectos íntimos son los que hacen que esté tan bien concebida: está llena de verdades humanas y tristeza y el peso de ellas es muy poderoso.

Bella, densa y rocosa creación de Wang Xiaoshuai alrededor de un matrimonio y su grupo de amigos, una obra a la vez cercana y compleja, noble y rotunda.

Aquí sobresale el director por su capacidad para desplegar un relato a lo largo de casi medio siglo de historia sin que se desmorone la película.

Enormemente triste, atenta a cada detalle para dar carnadura y profundidad a todos los protagonistas, 'So Long, My Son', deja en claro su mirada política sobre los acontecimientos públicos sin cantinelas reiterativas ni denuncias subrayadas.

No suele ser garantía un premio, pero aquí se muestra el arduo trabajo de alternar la angustia, la emoción contenida y la construcción de un dolor a lo largo del tiempo. Es una épica de las emociones.

A manera de vasos comunicantes, la reintegración de un orden familiar roto remite, inevitablemente, al anhelo utópico o a la necesidad realista de cerrar un capítulo doloroso. Xiaoshuai acomete, con inteligencia, la faena artística de dar un mayor sentido a ese imperativo social.