Críticas Mandy (2018)

El control que tiene Cosmatos de sus recursos estilísticos es orquestal, incluso si el contenido de la historia es alegremente cutre (...) 'Mandy' tiene muchos elementos alocados que disfrutar

Es simultáneamente trágica y absurda. 'Mandy' habita en su propia dimensión perturbadora de terror.

Otra dosis asombrosa de psicodelia y locura. La sobrecarga estilística eleva a la película por encima de las limitaciones de las fórmulas narrativas que utiliza.

Es una película que llama a tu puerta. Cuando se termina, hay tanta locura de un inspirado Cage que al final acabas dejándola entrar.

Un escenario tan extraño, cautivador y visceralmente intenso que empezarás a sentir que estás en un cuadro de El Bosco.

Incluso aquellos que se aburran con el surrealismo poco eficiente, a lo Adult Swim, de la película, podrán ser deslumbrados por el impactante estilo de Cosmatos.

Una de las más emocionantes e indispensables fantasías cinematográficas del año. Es un filme que fluye, funcionando tanto como melodrama como thriller. Además, presenta un tono oscuro pero con la brillante claridad de un relámpago.

En esta película, Nicolas parece perderse en su papel; el director adopta un enfoque diferente, marcando un ritmo pausado y casi silencioso. Esta decisión artística parece exagerar la tensión, estirando la narrativa hasta su límite.

Cosmatos filma con una singular y alucinante belleza, ofreciendo una potente narrativa, humor negro y guiños cómplices. Se trata de un festín orgiástico de cine de género.

'Mandy' es una odisea fascinante que transita entre lo místico y lo psicótico. Es un viaje intenso e inquietante, narrado con una notable dosis de imaginación.

'Mandy' permite vislumbrar un arriesgado ejercicio de apropiación que aborda a Lovecraft a partir de sus profundas influencias en el horror contemporáneo, sin la solemnidad ni el beneplácito habituales, sino con un disfrute que resulta ser extraordinariamente bienvenido.