Críticas Piscina infinita (2023)

Para estar llena de imágenes provocadoras y violentas, es sorprendente lo poco que se nos queda en la mente una vez que pasan los créditos. Es demasiado intensa para atormentar de verdad.

Vacía y hedonista, la película presenta ideas originales de Cronenberg, pero en su conjunto se siente inerte, fría y húmeda como un espéculo.

Brandon se dedica a hacer películas cautivadoras conforme a sus propias reglas. No es un clon de David Cronenberg.

El reparto se entrega para hacer llegar a la película hasta los hipnóticos objetivos del final, aunque no siempre lo consigue.

La película arranca de manera intrigante, pero su exploración del poder, la corrupción y los privilegios no logra profundizar.

Aunque se trate de una película que no siempre tiene mucho sentido, 'Infinity Pool' es un filme que no se achanta ante sus transgresiones.

Parece confirmar la determinación de Brandon Cronenberg de erigirse en un cineasta aún más extremo que su padre. Lástima que ese afán por provocar, fascinante hasta que se vuelve tedioso y pueril, sea todo cuanto la nueva película tiene que ofrecer.

Brandon Cronenberg logra establecer su propia identidad cinematográfica, independizándose del legado de su famoso padre, David.

Puede ser interpretada como una crítica de clase contra cierto tipo de rico insensibilizado. Pero a diferencia del film de Östlund [Triangle of Sadness], no se expresa en una dialéctica burda, eligiendo el camino de la alegoría fantástica.

Para quienes busquen una película intensa con violencia explícita, sexo y terror, 'Muerte infinita' ofrece la combinación perfecta para incomodar y provocar miedo.