Críticas Aladdin (2019)

Una aventura colorida y divertida apta para todas las edades que incluye un conmovedor romance entre dos protagonistas muy atractivos.

La pregunta es... ¿Por qué? Todo parece lo mismo de siempre, como hecho por obligación. 'Aladdin' no es mala película, pero no hay nada que justifique su existencia.

Si no le das demasiadas vueltas, este remake puede entretenerte. Sin embargo, es probable que disfrutes más al volver a ver la película original.

Está claro que esta adaptación no ofrece nada realmente nuevo, pero vale la pena disfrutar de ella gracias a la calidad de sus interpretaciones y por la impactante recreación de Ágrabah.

El remake de 'Aladdin' resulta tan desprovisto de sustancia como el desierto que lo envuelve, evocando más una producción televisiva de los años 90 que el clásico animado.

Un remake brillante, deslumbrante y espléndido. Ofrece muchas cosas para disfrutar, con humor y canciones garantizadas.

Está bien, no es tan mala como cabría esperar pero tampoco es genial. Tiene aspectos entretenidos y algunos problemas.

La labor parece mecánica y sin carisma, denotando un cineasta que se limita a cumplir con un encargo sin involucrarse realmente. Lo que antes brillaba como una creación animada se ha transformado en un apresurado efecto especial.

Ritchie es el timonel de un barco que termina amarrado en el puerto del entretenimiento eficaz luego de un viaje de rigor, sin sobresaltos ni grandes rugosidades.

No resultó un desastre como mucha gente temía; sin embargo, solo logra ser entretenida y nada más.

El 'Aladdín' de Ritchie es una adaptación que, aunque respeta en gran medida la esencia del material original, le falta profundidad emocional. Atrae la atención, pero no logra conectar a un nivel más profundo; visualmente es agradable, pero se siente como una repetición de algo ya visto. Disney ha cometido un error esta vez.

'Aladdín' es presa del miedo a ofender. Entre la preocupación de darnos un reparto que respete el origen étnico del relato y liberar a sus personajes femeninos de narrativas opresivas, sus creadores olvidaron del talento.

Además de la química que existe entre Naomi Scott y Mena Massoud, protagonistas de la historia de amor, el trabajo de Will Smith como el genio de la lámpara maravillosa es, sin duda, uno de los grandes atractivos de la versión de acción real.

Aunque el resultado no alcanza el nivel de la original, permite disfrutar de un buen rato gracias al ritmo y el colorido que la caracterizan.