Críticas Emoji: La película (2017)

La mala noticia es que 'The Emoji Movie' resulta bastante decepcionante. Existen ideas peores, pero aquí la ejecución no logra hacer que el concepto de una película centrada en emojis se desarrolle de una manera interesante.

'The Emoji Movie' es un desastre absoluto. Demuestra hasta dónde puede descender Hollywood en su búsqueda de dinero fácil.

'The Emoji Movie' es realmente decepcionante. Se presenta como una obra excesivamente activa que se siente más como una propaganda corporativa, donde incluso Spotify parece tener un papel protagónico en la 'salvación del mundo'.

'The Emoji Movie' no es terrible ni ofensiva. Simplemente es una película más, y hay formas peores de pasar 86 minutos. Tal vez sería más provechoso dedicar ese tiempo a estar al aire libre o a leer un libro.

La racionalización que usa la película para la antropomorfización de los emojis es débil, por decirlo suavemente. Todo parece abiertamente estúpido.

'The Emoji Movie' es una versión de 'Inside Out' con una intención comercial de Sony y llena de elementos poco saludables.

Una película animada que carece de elementos destacables y que presenta una premisa que ha sido abordada de manera mucho más efectiva en otras producciones.

Un film muy básico en cuanto a las características de los personajes, una estética copiada de las pantallas de celulares que no se traslada bien al cine y un humor poco ingenioso, basado en chistes sobre aplicaciones.

No hay prácticamente nada que no huela a refrito. Ralph era genuinamente emotiva a pesar de su moraleja. Ésta, en cambio, intenta que sea la moraleja el motivo de la emoción. 'Emoji' es un pulgar abajo al lado de la carita roja de bronca.

El resultado es de una mediocridad tanto cómica como creativa que llevan a preguntarnos si el sistema de “hagamos algo con esto ya mismo” y rejuntar lo ya probado no está haciendo agua definitivamente.

La iconografía y el argumento reflejan claramente la negativa influencia de la animación japonesa, marcada por un humor infantil y un intento de construir una fábula moralizante a partir de una premisa del Patito Feo que ya ha perdido su frescura.

La progresión pesadillesca siempre está acompañada por desaforadas explosiones multicolores que casi logran lo imposible: distraer al espectador de la pantalla de su smartphone.