Críticas Gran Turismo (2023)

En general poco destacable pero tiene alguna gema que acaba emergiendo de vez en cuando

La mejor película de Neill Blomkamp hasta la fecha, destaca por su inocencia y sorprende con su autenticidad.

La nueva adaptación cinematográfica del popular juego de PlayStation es tan tópica y poco innovadora que, en comparación, parece incluso profundo el material original en que se basa.

Es más ridícula y atroz que casi cualquier adaptación basada en juguetes de la historia.

Todos estos elementos ayudan a la película a superar un llamativo déficit de desarrollo de los personajes y de profundidad argumental. En este caso, es el subidón lo que vende, y de eso 'Gran Turismo' tiene bastante.

Es predecible, pero conmovedora; encantadora aunque en ocasiones algo cursi. En esencia, es un 'Fast & Furious' para frikis: menos enfoque en el atractivo sexual y más en el entusiasmo por alentar al héroe.

Lo que a la película le falta de entramado cohesivo, lo compensa con una sensación vibrante.

Parece un anuncio corporativo y se trata de una película más de carreras.

En lugar de aprovechar el videojuego que la inspiró, la película se presenta como una pobre recreación, con un cameo de Geri Halliwell Horner que resulta decepcionante.

Podría haber utilizado esta inspiradora historia real para mostrar cómo los videojuegos abren posibilidades y eliminan barreras en el mundo real. En lugar de eso, sólo la utiliza para ganar puntos.

Entretenimiento de primer nivel, pero también con emotividad. Recuerda más a títulos como Días de Trueno que a la saga Fast and Furious, ya que ese es su verdadero referente. Además, evoca las sensaciones de Le Mans 66, Rush e incluso Rocky.

Es fresca en su forma, e imparable en su afán de entretenimiento que hace efectivo con destreza rindiendo tributo al espíritu lúdico del mundo de las consolas.

Es un cúmulo de clichés y lugares comunes, pero al mismo tiempo tiene sus argumentos como para convencer al público amante de la velocidad y el vértigo.

Blomkamp logra que las escenas de carrera transmitan lo que deben: vértigo, adrenalina, choques y adelantamientos. Sin embargo, la duración parece jugar en contra, ya que cuando uno siente que la película está por terminar, queda todavía una hora más.

Una grata sorpresa que será del agrado de los fans y no fans de la saga. No es una película de un muchacho jugando videojuegos nada más, es una película de superación, una historia que puedo decir me gustaría ver también en algún videojuego.

El film se luce en la mirada sobre un torneo de élite como el GT o la Fórmula 1 desde la experiencia del outsider.