Críticas La LEGO película 2 (2019)

Da la impresión de ser una copia barata y torpe de la original. Repite muchos de los gags visuales que tan bien funcionaron en el pasado.

Parece un movimiento meticulosamente calculado para enseñar al espectador nuevas formas de apreciar el producto, en lo que resulta ser un anuncio publicitario con la duración de una película.

Las canciones son más entretenidas y pegajosas que nunca. Sin embargo, le falta un elemento clave para que todo funcione a la perfección.

Una tormenta incesante de gags, tremendamente original y que no deja ni un segundo de sorprendernos.

Ya no impresiona tanto, pero todavía tiene ese toque gracioso y juguetón.

Se presenta como una mezcla de repetitividad e irrenunciabilidad; el sexismo jugueteril es sometido a una delirante metadeconstrucción, que se mueve entre el anuncio eterno y el más placentero de los delirios.

Sigue resultando tan original como 'La Lego película'. Es otro festival iconoclasta de gags imaginativos y un despliegue de inventiva.

Todo sigue siendo fabuloso en el universo cinematográfico de LEGO. Mucho menos perfilada que la original, la película posee el encanto de lo imperfecto.

Llega esta secuela con resultados más que dignos, pero que pierde en la comparación con su predecesora. La eficacia es menor, pero las aventuras se siguen sin esfuerzo y con una sonrisa permanente.

Mitchell cumple con su papel, aunque elige seguir la senda habitual de las secuelas que carecen de confianza y se muestran reacias a explorar nuevas ideas.

El efecto en esta ocasión no resulta tan impresionante ni impactante como en la primera vez que exploramos este universo construido con Legos.

A pesar de estar bien narrada y de resaltar, como siempre, la cultura pop, no alcanza el nivel de su obra original.

Aquí no hay tanto unos creadores remezclando postmodernidad para toda la familia, sino una desalentadora mesa de ejecutivos gestionando licencias. Sí, la forma es virtuosa y el ingenio sigue ahí. También la astucia para dar gato por liebre.