Críticas La sombra del pasado (2018)

Destaca como drama histórico que explora la complejidad de la Alemania del siglo XX. Técnicamente es una maravilla, con una cinematografía impresionante que complementa la narrativa. La banda sonora de Richter es cálida y brillante, elevando aún más la experiencia.

Incluso cuando flaquea, logra mantener el entretenimiento y la atención, en parte gracias a la sensibilidad que von Donnersmarck demuestra, similar a la de un genio de Hollywood.

Sabe lo que quiere decir pero no sabe cómo decirlo. Al enfatizar cómo el arte nos permite dar sentido al pasado, von Donnersmarck se olvida de la recompensa emocional del presente.

Una historia épica e intergeneracional sobre el arte, el amor, la tragedia y la política.

Hay algo muy gratificante en ver a un artista descubrir lo que quiere decir y cómo lo quiere decir, incluso si se ve obstaculizado por la sociedad en la que vive.

El enfoque puede ser frustrante, pero tiene una elegancia y una riqueza que la sostienen incluso cuando está tan enamorada de sus ideas que sus emociones parecen una ocurrencia tardía.

Es ambiciosa, amplia y tiene bastante impulso narrativo. Pero la actuación principal de Schilling es algo apática y dubitativa.

Ver cómo la pintura se seca nunca fue tan cautivador. Su majestuosidad se equilibra con una sensualidad y una elegancia que realmente atraen.

La película cuenta con actores atractivos y algunas escenas muy íntimas, pero a menudo deja una sensación de vacío. Muchas veces se siente como un melodrama rehecho.

'Never Look Away' atrapa a la audiencia, a pesar de su duración de tres horas y su enfoque algo simplista y didáctico.

Es una historia humana que resulta bastante entretenida, aunque su duración es excesiva. Además, se basa en coincidencias y elementos melodramáticos que se sienten anticuados.

Una película ambiciosa y cautivadora, con una narrativa que desafía las convenciones tradicionales. Los personajes están bien desarrollados y las actuaciones son sobresalientes, lo que permite una conexión emocional profunda con la historia. La cinematografía es impresionante, creando imágenes que perduran en la memoria del espectador.

Es innegable que la película ofrece un buen entretenimiento, pero su duración resulta excesiva. Se enfoca más en los aspectos superficiales que en los matices profundos de la historia.

Una de esas películas-río más grandes que la vida. A la antigua, a contracorriente. Ambiciosa y profunda en algunos aspectos, y un tanto superficial en otros, tiene algunos resbalones obvios de tono.

Ni el rigor de una puesta en escena clásica ni el didactismo a machamartillo logran transmitir la gravedad y dimensión de este tríptico inmenso, que resulta angustiosamente descomunal pero, al final, fallido.

'Obra sin autor' se hunde por falta de ambición. La historia se desliza de manera anodina de principio a fin.

Aceptable. La magnífica ambientación y el uso de la música clásica en sus momentos dramáticos hacen de esta película una experiencia visualmente atractiva. Aunque carece de una profundidad y refinement significativo, logra transmitir una esencia cinematográfica efectiva.

Trivializa los temas que aborda con su villano mefistofélico, sus inconsistencias narrativas, sus gratuitos montajes musicales y, sobre todo, con su pobre discurso sobre la verdad del arte como reproducción de la realidad.

Tirando de cliché el director se las apaña para mantener a flote el transatlántico gracias a algunas escenas a flor de piel y corazón, y la calculada caricaturización de sus villanos.

Más que una revisión crítica de las dinámicas del arte, es un esfuerzo por mostrar cómo las búsquedas internas y personales se pueden alinear con el éxito comercial y el reconocimiento institucional.