Críticas Sieranevada (2016)

En lo dramático, 'Sieranevada' es en realidad una película mucho más consistente que 'The Death of Mr. Lăzărescu'. Además, 'Sieranevada' ofrece al público múltiples elementos para disfrutar en las horas y días posteriores.

Una película de la nueva ola del cine rumano, de primera categoría, que resulta familiar de las mejores maneras, mientras que ofrece fascinantes reflexiones sobre la naturaleza humana, la identidad y sus rarezas.

Una comedia que parece un drama y se mantiene increíblemente seria. Cada momento de la película es minuciosamente convincente, generando una experiencia única.

Lo que aporta Puiu es el concepto de puesta en escena en su sentido fuerte, es decir, la forma en que decide filmar este «wake» tumultuoso.

Tiene el filme un estilo propio, descarnado. Pero ese estilo, caracterizado por tomas largas y sin concesiones, se desvanece debido al exceso de condescendencia por parte del director.

'Sieranevada' no es un lugar real, sino el nombre de un microcosmos delirante en una nación atrapada entre una tradición obstinada. Es una Rumania de complejidad asombrosa que, en la actualidad, cuenta con Cristi Puiu como uno de sus cronistas más ingeniosos y sensibles.

Puiu elude a pura inteligencia y virtuosismo las trampas del costumbrismo, ofrece un panorama amplio, crudo y desgarrador sobre la realidad de su país, y le saca todo el jugo posible a un grupo de brillantes actores.

Es notable la manera en que Puiu, al igual que en 'La noche del señor Lazarescu', logra primero sortear y luego trascender los peligros del costumbrismo, alcanzando así un estado de intensa melancolía.

Esta comedia dramática que transcurre en un departamento es otra muestra del buen momento del cine rumano.

Puiu organiza el relato con mirada mayor, con cohesión de observador reflexivo y sabio, y así va más allá de una mera suma de situaciones familiares con una película que no pide permiso para ser una apuesta ambiciosa, prodigiosa.

Una película de planos largos y no necesariamente lujosos pero siempre ajustados desde lo narrativo y lo observacional, pensados por alguien que parece tener muy claro su concepción de la puesta en escena.

Para este cronista es uno de los mayores bodrios que ha visto en su ya larga existencia.