Críticas Criminal (2016)

Presenta algunas escenas de acción destacadas, que están filmadas con gran calidad y en ciertos momentos, sorprenden por su espectacularidad.

Una película bien realizada, con un diseño de producción sólido y escenas de persecuciones intensas y efectivas.

Costner ofrece su interpretación más enérgica desde 'Silverado'. Aparte de Costner, 'Criminal' resulta ser una copia aceptable de 'Bourne'. Es como el equivalente cinematográfico a una entretenida lectura de playa.

Una película de acción que resulta tanto divertida como desastrosa. La combinación de grandes actores con un guion deficiente puede proporcionar momentos cómicos inesperados.

Sólo Costner se salva en 'Criminal', la película rinde un tributo intencionado al rudimentario espíritu de Cannon Films, gracias a la dedicación de su leal sucesora, Millennium Films.

El punto de partida es prometedor, pero queda opacado por la sucesión de clichés que viene después.

Con un aire reminiscentemente de los filmes de acción de los años 80, esta película es un verdadero ejemplo de cine palomitero. Con un montaje acelerado, ofrece una experiencia directa, divertida y atrevida.

La trama, aunque algo compleja, no resulta molesta y la emoción de la aventura se presenta ocasionalmente de una manera auténtica. Es difícil sentirse aburrido con un relato así.

Una experiencia intensa y brutal, sin verdadero ingenio, originalidad o tensión.

La película es desmesurada en varios aspectos, con un guión que resulta complicado para el enfoque que se le otorga. Aunque puede considerarse un pasatiempo ligero, no deja una impresión duradera.

Un thriller que nunca llega a su máximo potencial.

Disponemos de suficiente contenido para sumergirnos en la historia, disfrutando tanto como si estuviéramos leyendo un cómic o una novela de ciencia-ficción.

El filme relata la historia de un criminal, interpretado por Costner, que recibe el trasplante del cerebro de un policía difunto. Las incongruencias del guion llevan a cuestionarnos si esta operación podría aplicarse a algunos guionistas de Hollywood.

Es un entretenimiento bastante liviano, que se siente torpe en su resolución. La falta de experiencia del director Ariel Vromen limita su capacidad para innovar y ofrecer algo más allá de lo convencional.

Un digno representante del género que evoca un espíritu que el cine contemporáneo parece haber dejado atrás.

Como vehículo del lucimiento de Kevin Costner, la película funciona medianamente, pues el guión cae en contradicciones, es enredado y muy predecible.