Críticas El espía que me plantó (2018)

Este filme presenta una sobreabundancia de secuencias de acción, lo que resulta curioso considerando que su esencia radica en la comedia. Aunque hay momentos cómicos que logran arrancar risas, en general, la mayoría de los chistes caen en lo predecible y poco original.

Este entretenimiento veraniego es efímero y carece de elementos innovadores. Aunque presenta altibajos, en general logra hacer reír.

Una comedia que, aunque sigue un patrón habitual, logra mantener el interés. Es una propuesta entretenida que, sin embargo, presenta un ritmo irregular en algunas escenas.

El filme no logra decidir si pretende ser una comedia alegre, una parodia sin sentido, una defensa de la sororidad o algo completamente distinto. Al intentar abarcar todo de la manera más caótica posible, termina resultando bastante insípido y carente de gracia.

Sin gracia. Simplemente va saltando de una localización europea a otra ignorando cada oportunidad cómica que se presenta.

Es un filme veraniego que logra ser entretenido; sin embargo, no cumple con las expectativas como comedia, aunque puede sorprender en su faceta de acción.

La película se detiene en su avance y no logra desarrollar completamente su audaz intento de satirizar y desmembrar un universo femenino que parece desprovisto de creatividad y calidad.

Esta comedia aspira a ser una película de acción, pero se convierte en un hibrido. El resultado es un clásico que no logra satisfacer a nadie.

Fogel se esfuerza por que esta película llena de clichés sea entretenida y refrescante, logrando hacerlo gracias a la química entre sus protagonistas, algunos momentos de humor y la creación de impresionantes secuencias de acción.