Críticas Kubo y las dos cuerdas mágicas (2016)

Asombrosamente hermosa e inmensamente auténtica, esta es la mejor película animada de 2016. Una historia épica inspirada en Kurosawa sobre el supremo poder de la narrativa.

Un oasis visualmente impresionante y ricamente imaginado. Es una de las películas verdaderamente originales del año.

A George Méliès le hubiera encantado 'Kubo and the Two Strings'. No es una película sin fallos, pero hay una magia auténtica en ella que es más relevante, y no menos extraordinaria, que la perfección.

Si la trama de la película y sus diálogos hubieran estado a la altura, 'Kubo' podría haberse considerado una obra maestra.

Para el público que ha soportado un verano lleno de superhéroes, supervillanos y secuelas o reboots, ahora se presenta una propuesta que verdaderamente hechiza a los espectadores.

Un trabajo absolutamente portentoso. Es un nuevo ejemplo de la habilidad de Laika para seguir demostrando excelencia, sin repetir en ningún momento claves estéticas ni patrones narrativos.

Animación original, fascinante y sombría.

Para los amantes del cine de animación más exquisito. Una auténtica obra maestra de orfebrería visual, refinadísima y de una minuciosidad casi inabarcable.

La belleza de Kubo no descansa únicamente en lo atractivo de su relato o en la maravillosa e imaginativa puesta en escena, sino en una poética del cine que puede ser leída como una carta de amor al propio oficio de la animación artesanal.

Es una película dura, melancólica y atípica. También es inspiradora, hermosa y seductora.

La historia es simplemente un vehículo para transmitir la verdadera intención del filme: abordar el tema del manejo de la pérdida. Laika no teme explorar cuestiones profundas y oscuras, y lo hace con una belleza deslumbrante.

Es una joya para toda la familia, lleno de situaciones fabulosas que destacan sus cualidades visuales.