Críticas Nebraska (2013)

Una película dulce y encantadora, y un recordatorio de la calidad de Dern como actor.

Se trata de una comedia con muchas frases divertidas, buenos gags visuales y momentos de pura locura. Pero una sombra triste se cierne sobre su característico paisaje invernal.

Estamos ante un contundente artefacto emocional que se sitúa entre 'Una historia verdadera' de David Lynch y la filmografía de Michael Caine.

Inmenso Bruce Dern sorprendiendo con su actuación, acompañado por un Will Forte igualmente impactante. Esta es una deliciosa e innegable odisea protagonizada por un abuelo cascarrabias que nos deja una profunda reflexión sobre la vida y las relaciones familiares.

Sostiene con enorme sutileza y energía una estructura emotiva de jardín de los senderos que se bifurcan, al dividir su interés humano entre el padre y el hijo, pasmados en formas diametralmente opuestas.

Además de su virtuosa fotografía, son tan extraordinarias todas las actuaciones de 'Nebraska', desde la de Bruce Dern como ese viejo testarudo hasta la del último granjero que aparece por allí, que las palabras quedan chicas.

Sorprende la intensidad y el humor de los diálogos y la perfección del guión, donde todo va cerrando, lenta, pero rigurosamente.

La película termina siendo una emotiva reflexión sobre la futilidad de la vida y reafirma la posición de Payne en el exclusivo grupo de directores alternativos de calidad que persisten en Hollywood, a pesar de ser ignorados por el público.

Un film que abarca desde la sátira más aguda hasta un profundo humanismo. Definitivamente, una fórmula ganadora.

Payne eligió filmar en un hermoso blanco y negro, para redoblar la sencillez de la historia ambientada en un pueblo chico con habitantes de escasas ilusiones y mentes reducidas.