Críticas Sin edulcorar (2024)

Es la receta perfecta para un viaje nostálgico y agradable.

Para la mayoría, no es lo que se dice una 'buena' película. Y sin embargo... me reí. Mucho.

La historia de cómo se creó el desayuno americano se sirve con grandes dosis de humor en esta comedia de aventuras.

Se contenta con ser infantilmente tonta más que legítimamente extraña, oscilando entre gags sobre productos antiguos y el 6 de enero con una suavidad que mantiene las cosas agradablemente pedestres.

La simpatía de Seinfeld no puede compensar los prolongados discursos que cualquier persona sensata habría eliminado de inmediato.

Vacía. Resulta complicado reseñar esta obra, ya que es incierto cuáles eran las intenciones de los realizadores y aún más difícil discernir si las han logrado.

Hace ruido sin coneguir nada

Si existiera un mecanismo que permitiera borrar tu nombre de los créditos de un proyecto específico, este sería el indicado.

Incómoda en todos los sentidos equivocados.

Es imposible reunir tanto talento cómico y no dar en la diana de vez en cuando, pero la proporción entre aciertos y fallos favorece demasiado a estos últimos.

Esta película parece claramente un chiste en busca de su narrativa, construida sobre un empalagoso desfile de cameos que carecen de chispa y dinamismo.

Las películas o series sobre el origen de los negocios están, por así decir, de moda. Lo que diferencia a 'Sin glasear' del resto es el sarcasmo.

Es una de las experiencias cinematográficas más maravillosas de 2024, uno de esos títulos que no hay que perderse, un punto y aparte en materia de diversión.

La fusión entre realidad y ficción en la extraña película de Seinfeld es tanto su mayor virtud como su principal debilidad, ya que en ocasiones el caos resulta abrumador y eclipsa los chistes. No obstante, su visualización es altamente recomendable.