Críticas Historias de miedo para contar en la oscuridad (2019)

Es lo suficientemente amable para los jóvenes y lo suficientemente escalofriante para los fans del terror adultos. Gran parte de la película es una delicia.

La película presenta momentos de terror sobresalientes, aunque para disfrutarlos hay que soportar una considerable cantidad de tedio.

Toca todas las teclas apropiadas. Aunque quizá sea demasiado terrorífica para que la vea un niño solo, es ideal para una noche de Halloween en familia.

El sentido del horror de Øvredal no es ni particularmente crudo, ni significativamente estético; casi carece de textura. La película aplasta y reprime el poder de la imaginación.

La buena noticia es que concluye de forma satisfactoria. Los monstruos son entretenidos.

Una película de terror atractiva y deliciosamente horrible. Después de verla, muchos de sus espectadores más jóvenes suplicarán a sus padres que mantengan encendida una luz en sus dormitorios.

Esta película irregular no sabe a quién quiere asustar. El terror es tan repugnante que resulta excesivo para los jóvenes.

Da en el clavo con los sustos pero falla con la historia, equiparándose a un vaso medio lleno.

Genuinamente escalofriante y espeluznante, esto es mucho más que un respiro frente a la hegemonía de las películas convencionales de Blumhouse.

Pierde fuerza al final, pero es bastante satisfactoria en general.

Apadrinada por Guillermo del Toro, este cóctel de sangre, nostalgia y un toque de denuncia resulta ser una opción refrescante para este caluroso verano.

Un gótico de elegante formulación. El trabajo de André Øvredal como director es sencillamente extraordinario.

Un atrapante recorrido por los límites de la cordura humana. Se trata de un relato de terror gótico realizado con oficio y conocimiento, con capacidad para asustar a través de las herramientas más nobles del cine.

La película explora el proceso de adaptación de un libro, mostrando cómo, en el filme, se manifiesta de manera casi tangible. Esta característica le brinda a la intrigante aventura oscura una profundidad poco común dentro del cine.

Difícilmente impactará al público conocedor del cine de terror. Sin embargo, su guión y diseño de personajes son suficientes para atrapar a los espectadores más jóvenes.

El tercer largometraje de André Øvredal no sólo logra hacernos parte de una historia de terror, sino que nos convierte en las víctimas de los monstruos que la protagonizan.

La trama es lo suficientemente atractiva como para mantener la tensión a lo largo de casi dos horas de metraje.