Críticas Annette (2021)

Adam Driver brilla con intensidad en esta impresionante fantasía musical de Carax. El director utiliza elementos elegantes y cautivadores para adentrarse en los misteriosos contornos de una vida oscura y enigmática.

Obstinadamente plana, es una creación extraña y discordante. Las diferentes sensibilidades involucradas rara vez se mezclan y las canciones rara vez encienden mucho sentimiento.

Domina sus propias paradojas. Es una película muy cerebral y formalmente compleja, sobre la emoción desenfrenada (...) Totalmente irreal y completamente verdadera.

Ni el talentoso Adam Driver ni las encantadoras melodías de los Sparks logran rescatar esta película tan extraña.

¿Es una farsa, una metáfora, una reflexión noir sobre la fama? Es casi imposible presenciarla y no salir de ella alterado de alguna manera.

Esta peculiar y perturbadora ópera rock se presenta más como un enigma que como un deleite para los espectadores. Si piensas que tienes conocimiento sobre musicales, prepárate para sorprenderte.

En ciertos puntos es una locura, mientras que en otros es sencilla, elemental y genuina. Resulta complicado identificar el límite entre las estilizaciones y la historia. No puedo definir 'Annette', solo sé que es 'Annette' y que posee una singularidad propia.

Fascinante 'Annette', una película exuberante y desconcertante.

Después de Baby Yoda, llega Baby Annette. Te enamorarás. Intenso, entretenido, inesperado y afinado.

Una película extrema que eleva la actuación de Adam Driver es tan descontrolada que su creador no logra manejarla del todo. Su desarrollo resulta tanto cautivador como incómodo en ocasiones, pero se debe reconocer al director francés por arriesgarse a experimentar.

El musical más libre y original que se recuerda presenta ciertas características comunes en las obras de Carax, siendo hiperbólica y algo irregular. Sin embargo, es su película menos críptica y más accesible, repleta de momentos brillantes y únicos.

La obra de este autor es un ejercicio de libertad absoluta, navegando entre el éxito y el fracaso sin temor a ser juzgado. Su estilo, lleno de imperfecciones caóticas, resulta cautivador y directo.

Las escenas suelen ser impactantes pero carecen de conexión entre sí. A menudo es complicado establecer un vínculo emocional con los personajes, y la supuesta profunda historia de amor que los une se siente vacía, ya que solo se afirma que es intensa.

Aunque el tema es arrogante, hay elementos que muestran energía y una notable fuerza visual. No obstante, no logra mantener la tensión dramática durante las dos horas y veinte que dura.

Se trata de un musical que sin miramientos busca romper los tabúes del género.

El musical de Leos Carax es sorprendentemente arriesgado, lleno de misterio y se aleja de las normas tradicionales.