Críticas Rebel Moon (Parte uno): La niña del fuego (2023)

Aunque es una película que se puede ver, al estar construida a partir de piezas de recambio, puede que sólo funcione para los fans de Snyder.

Si no eres fan de Zack Snyder o no te gusta su estilo, esta no es tu película. Pero si te gusta su trabajo, 'Rebel Moon' es una de sus mejores películas y un buen comienzo para lo que podría ser una franquicia muy valiosa para Netflix.

A pesar de algunas secuencias de acción espectaculares y unos alienígenas intrigantes, la primera entrega de 'Rebel Moon' resulta ser un recorrido poco coherente por un universo poco convincente.

Una película que, a pesar del aluvión de influencias, escenarios y secuencias de acción, resulta plana y vacía emocionalmente.

La película se siente interminable desde su inicio. Es demasiado densa y se pierde en personajes comunes y en secuencias de batalla que se desarrollan a un ritmo excesivamente lento.

Insulsa y fallida. La primera parte de Rebel Moon deja mucho que desear y se queda a medio gas en la mayor parte de sus aspectos.

Zack Snyder muestra su esencia, tanto positiva como negativa. La película carece de un guión que esté a la altura de su ambición estética. Es un conjunto desconcertante, aunque sorprendentemente familiar.

Es un espectáculo audiovisual absoluto, pero con un decepcionante desarrollo de personajes.

Estamos frente a un saqueo cuya fórmula se vuelve rápidamente monótona. La única diversión consiste en identificar el origen de los robos, como ocurre con los encuadres que en varias ocasiones rinden homenaje a Michael Bay.

Snyder y sus coguionistas construyen un universo bastante elemental, caprichoso, derivativo y solemne. El resultado, aunque no es desastroso, tampoco resulta muy estimulante.

Así y todo, olvidable como es, 'Rebel Moon' se ve con cierta facilidad y se contenta con ser una especie de visita guiada. Un museo sin grandes novedades.

Es una mezcla de ideas prestadas y un enfoque demasiado serio que sigue un protocolo rígido.

Hay buenos personajes, grandes momentos y una sensación general de oportunidad desperdiciada más que otra cosa.