Críticas Anora (2024)

Un relato que navega con maestría entre la comedia romántica y el thriller, pasando por el slapstick y la comedia screwball, mostrando una energía y fluidez admirables. Necesitamos más películas de este tipo.

En Madison, Baker ha hallado el vehículo ideal para expresar sus ideales, convirtiendo 'Anora' en la culminación de los temas que han prevalecido en su trabajo a lo largo de los años.

Baker ha demostrado su talento, especialmente al dirigir a sus actores hacia nuevas alturas en la narrativa. Ahora, debes evaluar si esto compensa las deficiencias que presenta en esta ocasión.

Un reparto excepcional lleva a este clásico Lubitsch de Baker hacia un desenlace inesperadamente reflexivo. Las agudas observaciones sobre el dinero, la clase social y el poder se encriptan en un rompecabezas.

'Anora' es una obra que captura la emoción en cada escena, alternando momentos vibrantes con una profunda tristeza que resuena en el espectador.

Esta travesía narra la historia de Ani de manera cautivadora. El papel brilla gracias a la excepcional actuación de Madison, quien logra dotar al personaje de profundidad sin caer en la exageración.

Mikey Madison brinda una actuación memorable en una comedia destacada que comienza con un enfoque juguetón y luego se transforma en un giro sumamente entretenido, similar al estilo de 'Uncut Gems'.

Baker creó el personaje pensando en Madison, quien le ofreció una actuación sobresaliente. Su interpretación resalta la fortaleza de Ani a la vez que revela su delicada fachada, sus vulnerabilidades y el autoengaño que la rodea.

Madison mantiene el dominio total de su papel en todo momento. En conjunto con Baker, construyen un personaje que es intrigante, fuerte y definitivamente susceptible de convertirse en la obsesión de muchos.

Humor, acidez y vorágine para un film que le brinda un nuevo soplo de vida a la comedia romántica.

La obra fusiona la sensibilidad social del director con aspectos de comedia y romance para atraer a un público diverso. No obstante, a pesar de algunos momentos destacados, la película se ve limitada por clichés que afectan su narrativa.

La última película de Sean Baker brilla intensamente, mostrando el talento del director y de la actriz Mikey Madison.

El amor multifacético de Baker hacia sus personajes es contagioso y perdurable. Además, cree que los actos de bondad imprevistos pueden traer redención incluso en los momentos más sombríos.