Críticas Juego limpio (2023)

Un thriller endiabladamente afilado que supone el asombroso debut en el largometraje de la guionista y directora Chloe Domont.

Un drama apasionante. La primera película de Chloe Domont ofrece una reflexión profunda sobre el mundo posterior al #MeToo, haciéndolo de manera entretenida. Un filme que vale la pena ver.

'Fair Play' es una película profunda que se acerca peligrosamente al precipicio de la verosimilitud con un guion que se sumerge en la ingenuidad.

Esta mezcla de sexo, mal comportamiento, intrigas empresariales y más sexo es un magnífico y obsceno viaje al pasado.

Su dominio de la tensión, el perspicaz examen de las dinámicas de poder, y la creación de interpretaciones excepcionales demuestran que Domont es una directora con una voz única.

Un trepidante thriller erótico que consolida a Phoebe Dynevor.

Es un thriller inquietante y dinámico, en el que el lugar de trabajo y el hogar chocan entre sí en una pequeña sinfonía de hermosa discordia.

Una historia de amor desgarradora que te mantiene en vilo hasta el final.

Es un excelente ejercicio de tensión, además de ser entretenida, aborda temas muy relevantes en la actualidad. Como mencionó Shakira hace unos días, "Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan".

Se trata de un muy disfrutable choque de trenes que eleva cada vez más el tono gracias a un afilado guion que no da tregua a sus personajes.

Tenso, por momentos perverso, pero sobre todo inteligente y audaz, este primer largometraje de Chloe Domont la ubica como una cineasta (escritora y narradora) para seguir muy de cerca en lo que vendrá.

La tensión es constante, hay algo entre la perversión, el deseo y el placer que se conjugan como un combo explosivo, todo lo que es muy bien orientado por la realizadora.