Críticas Un pequeño mundo (2021)

Una película que te encoge el estómago: no es tanto un retrato del acoso escolar, como una inmersión sensorial directa en el corazón de los niños que abusan de otros niños, física y emocionalmente.

La actuación de Vanderbeque es cautivadora. Este debut inmersivo e impresionante despliega un enfoque riguroso en la lucha que lleva a cabo una niña en una batalla solitaria y atemorizante por su futuro.

Los esfuerzos del director Wandel se caracterizan por la inmediatez de sus imágenes, que presentan actuaciones de un realismo asombroso.

Prácticamente, es un ejercicio en uso del espacio fuera de cámara, magistral, refrescante y consistente. Una reflexión sin adornos sobre la crueldad de los niños y la negligencia de los adultos.

Un drama que hay que ver. Nadie en esta película comprende completamente lo que está sucediendo, pero Wandel muestra que una cámara suficientemente sensible puede ofrecer una imagen más completa que la mayoría.

'Un monde' no necesita exagerar para que lo entendamos: Es una jungla ahí fuera, incluso cuando dejas atrás el parque infantil.

Una gran descripción del acoso escolar. Se genera una sensación angustiante de temor y una exactitud emocional impresionante. Las actuaciones que Wandel logra de su joven reparto son excepcionales.

Una sutil, emocionante e incisiva cinta que impresiona por su notable intensidad.

Gran ópera prima, Wandel logra contar de manera sensible, inteligente y profunda una problemática tan antigua como el acoso escolar. La interpretación de la joven Maya Vanderbeque es sublime.

Esta película incorpora elementos de terror y ofrece una versión infantil del impacto de 'El hijo de Saúl'. Es una obra brutal que logra hipnotizar al espectador.

Es admirable el rigor con que Laura Wandel respeta la perspectiva de Nora, cuya interpretación por Maya Vanderbeque es simplemente asombrosa.

Un relato seco, duro, agresivo, pero muy elegante, sobre la violencia colectiva que acecha a nuestros primeros pasos en sociedad.

Para sacar el reclinatorio ante un debut sencillamente extraordinario.

El resultado es un film desbordante de naturalidad y credibilidad que pendula entre la crueldad y la empatía.

Soberbio retrato de una infancia.