Críticas Matrix Resurrections (2021)

Un remake que resulta excesivamente tedioso y carece de un motivo sólido para ser creado. No logra replicar las impactantes escenas de acción que hicieron destacar a la película original.

La secuela más decepcionante hasta ahora. Bajo la dirección de Wachowski, teníamos la expectativa de un despliegue visual impresionante y una creatividad desbordante en las escenas de acción, pero no se logró.

Wachowski parece estar en desacuerdo con su audiencia, brindando momentos de disfrute seguidos de instantes de frustración.

Sufre una crisis de identidad, pasando de ser sumamente divertida y sabia a ser extrañamente vulgar. Es una mezcla irregular, muy entretenida a ratos, pero al final un poco vacía.

Unas veces te entretiene y otras te frustra con su mundo fantástico. Se aprovecha bastante de nuestros impulsos nostálgicos.

Quizás no debieron continuar tras el conejo blanco. La película presenta varias ideas brillantes, pero están desorganizadas, como un grupo de niños tratando de adquirir boletos para una película para adultos.

No será del agrado de todos; 'The Matrix Resurrections' logra lo que otros remakes no han conseguido: alejarse de lo habitual para ofrecer una narrativa que es a la vez relevante y clásica.

A uno le gustaría pensar que evoca un anuncio de perfumes de 2005 con una influencia de 'The Matrix', aunque en verdad, los anuncios de perfumes suelen tener un toque más sofisticado que este. Su época ha pasado.

La persistente sensación de familiaridad en 'The Matrix Resurrections' le otorga un propósito claro. Esta entrega se convierte en un reflejo de nuestro deseo colectivo de revisitar y reinterpretar historias clásicas como la primera 'The Matrix'.

Una continuación admirable, ya que se preocupa menos de ser la que los fans podrían creer que quieren y, en cambio, ofrece una que permanecerá en nuestras mentes mucho después de los créditos.

'The Matrix Resurrections' toma su gran presupuesto y se desmadra con él. Y aunque hay más de un tropiezo, cualquier superproducción moderna que no tenga miedo de subvertir las expectativas es digna de celebrarse.

Tras el desenfreno de la acción se presenta un fuerte mensaje sobre el amor en un mundo que lo ha relegado. Wachowski confronta la violencia, desafiándola. Esa chispa de esperanza convierte a la película en una obra digna de reconocimiento.

La originalidad se manifiesta en la tecnología utilizada y en los impresionantes efectos visuales. Lo más destacable de esta resurrección es su evocador tono de nostalgia romántica.

Matrix hace una reflexión divertida y aguda sobre su propia esencia en un regreso innovador. Es una película entretenida, inteligente y llena de energía que captura de manera elocuente el contexto actual que vivimos.

Es complicado no dejarse llevar por una película tan auténtica y romántica, que aborda con sinceridad la angustia de su directora frente al conflicto entre su creatividad y las demandas del entorno.

Tan milagrosamente divertida como inevitablemente extensa, consigue el asombroso logro de funcionar dentro de su propio universo gracias a su habilidad para captar el momento y evitar las pretensiones más grandilocuentes.

Lo que comienza como una secuela que se pregunta por su propósito, se transforma en algo similar a lo que intenta criticar. Esta ingeniosa, aunque en última instancia repetitiva, continuación de la saga que se inició en 1999 decepciona al espectador.

Oculta tras una constante autorreferencia, se evidencia su notable carencia de ideas y del ímpetu innovador que hicieron del filme original una de las obras más influyentes en el ámbito del cine contemporáneo.

Se destaca por su prepotencia filosófica y por el valor de ver en pantalla el envejecimiento de Keanu Reeves y de Carrie-Anne Moss. 'Matrix resurreciones' conjura la nostalgia y redime el espíritu en la materia.

Al primer filme. No se le puede negar su mérito. Este tiene sus momentos, pero en el fondo es lo virtual, lo intangible. Sin alma.

Los comentarios sobre temas como política, identidad, discriminación o religión se ven opacados por disputas superficiales, efectos especiales olvidables y un esfuerzo por despertar la nostalgia.

Se esfuerza por usar la imaginación, y nos muestra como las ideas mal hilvanadas, aunque sean muchas también pueden ser sosas y aburridas.