Críticas Dos chicas a la fuga (2024)

Tiene una duración de 84 minutos y está diseñada para ser una travesura fácil de ver, pero definitivamente es una obra muy menor.

Un desvío salvaje repleto de desvíos, es el resultado de un artista que recupera su capacidad para disfrutar del proceso, sin importar si eso significa aflojar la vena perfeccionista.

Se remonta a la serie B de Russ Meyer y John Waters, así como a la psicodelia de los años 60 pero con sensibilidad contemporánea, cortesía de dos protagonistas extremadamente encantadoras.

Esta peculiar comedia de extrañas parejas se mueve con confianza entre géneros, ofreciendo una aventura de acción violenta y con estilo y un viaje por carretera lésbico autoconsciente, todo en uno.

Tan furiosamente divertida como impotentemente provocativa, esta road movie lésbica evoca, sin lugar a dudas, el estilo de los hermanos Coen, a la vez que logra tener una identidad completamente propia.

En esta película no hay nadie al volante.

Es estilosa y los diálogos son ingeniosos. Pero la narración flaquea. Quizás es que se trata sólo de un viaje caprichoso con personajes extravagantes y poca profundidad.

Aunque su historia no justifica su propia existencia, ofrece lo que dice en la etiqueta: diversión tonta y desenfrenada, aunque parezca retrógrada en más de un sentido.

No es lo suficientemente memorable, divertida o elegante como para funcionar como el tipo de entretenimiento que pretende ser. Se supone que este tipo de películas deben ser divertidas, pero esto es simplemente irritante.

Ethan Coen intenta, sin éxito, arreglárselas sin su hermano.

Aunque no es el éxito rotundo que cabría esperar por el prestigio que la respalda, tiene su parte de encanto zombi, crítica cultural y un toque de amor y burla hacia el subgénero de las cabriolas policíacas.

La película de Coen demuestra una sabia capacidad para rendir homenaje en los momentos precisos, al tiempo que avanza con su propio estilo.

Un pastiche olvidable de mejores road movies.

Esta película es tan picante como descaradamente entretenida. Y sí, algunos pueden llamarla basura. Pero la basura bien hecha puede ser un tesoro.

No resulta tan entretenida como podría esperarse. Las interpretaciones de Margaret Qualley y Beanie Feldstein son uno de sus aspectos más destacados, pero el guion habría necesitado una revisión para mejorar su calidad.

El paisaje, la comicidad y los gags feroces son claramente influencias de los hermanos Coen, pero la ejecución es apresurada y poco refinada, con una filmación a veces torpe. No se percibe la brillantez deslumbrante de 'Arizona baby'.

Su existencia es una buena noticia, ya que representa un regreso festivo por parte de su director. Sin embargo, también evidencia que es mejor contar con la cercanía de su hermano.

Aunque la historia genera intriga, su presentación superficial la convierte en poco más que una película simpática. Sin embargo, su falta de profundidad no impide disfrutar de un buen rato entretenido.

Una comedia que no tarda en descarrilar y nunca se entona.

La película de Ethan resulta notablemente carente de cualquier forma de relectura. No se convertirá en un clásico dentro de la filmografía de los hermanos, aunque se valora su desenfado y su esencia juvenil.