Críticas Ámsterdam (2022)

Una nueva comedia histórica repleta de estrellas, que es divertida en el mejor de los casos, perniciosa en el peor y frenéticamente autoinsistente en su insignificante valor como entretenimiento. David O. Russell ha vuelto.

Es un montón de películas emplastadas sin elegancia. Todos sus hilos narrativos tienen sus méritos, pero ¿puede ser satisfactoria una película cuando su narrativa es tan enrevesada?

'Amsterdam' se ahoga en la retórica antiodio genérica y en los homenajes al poder curativo del amor.

Hay algo extrañamente pesado y turbio en 'Amsterdam'. Las actuaciones son notables, y Washington logra acercarse aún más a la excelencia.

Aunque llena de ambición y algún momento ocasionalmente fascinante, este misterio de los años 30 alardea de un espíritu despreocupado que supera con creces su intrincada historia y a unos protagonistas dramáticamente endebles.

Es un viaje pedregoso, que a veces pone a prueba la paciencia, pero 'Amsterdam' acaba mereciendo la pena.

A pesar de que cuenta con grandes nombres en su reparto, la película se queda algo corta.

Lo que más destaca son los pequeños momentos que incluyen la superposición de rostros y el uso notable de una cámara de cine como autorretrato; además, resalta la elección de la canción.

Sobrecargada y deficiente, frenética y sinuosa, 'Ámsterdam' es un desastre.

Fracasa desde la tarjeta de presentación hasta los créditos finales

Russell mueve los hilos de su hiperbólica trama confiando en sus intérpretes, la reconstrucción retro de la época y los vaivenes de un relato que a ratos interesa, en otros desconcierta y en la parte final se acelera.

Entra por derecho propio en el top ten de películas fallidas. Salta de género sin ton ni son, dejando al espectador en la incertidumbre de si el esperpento es buscado o accidental.

Aquí las enormes ambiciones de una trama que anima a una docena de estrellas solo parcialmente logra sus objetivos.

El resultado se asemeja a un collage donde todo transcurre de forma veloz y ostentosa, pero sin una clara noción de nuestra ubicación.

Un relato interesante, que se mueve entre el misterio y el humor, pero se hace algo lento y no logra sacarle verdadero provecho a uno de los elencos más abultados y estelares del cine en los últimos años.

A pesar de sus ambiciones y de contar con un espectacular reparto, la película se pierde en sus propias indulgencias.

La dispersión narrativa de la película, que se asemeja a un catálogo de gags humorísticos, hace que, cuando finalmente se aborda el asunto serio insinuado durante más de una hora, no logre encontrar ni sostener el tono adecuado.