Críticas It (2017)

La elegancia visual y un reparto sólido sostienen la adaptación de Stephen King dirigida por Andy Muschietti. Es una serie de imágenes que alternan entre lo aterrador, lo alucinante y lo absurdo.

Más satisfactoria como historia de iniciación que como película de terror, 'It' está entre las mejores adaptaciones de Stephen King, lo que no es poco.

Muschietti aprovecha al máximo cada nueva aparición. Lieberher y Lillis interpretan sus papeles con matices y simpatía, lo que nos mantiene interesados a lo largo de la película.

Es precisamente la cara terrorífica de la obra la que presenta grietas y protuberancias. Cada guionista parece tirar del carro en direcciones opuestas, pero juntos logran un acabado ejemplar.

Se percibe el amor y el respeto que Muschietti tiene por el material de Stephen King. Si bien introduce algunas alternativas, no intenta enmascarar la esencia; el discurso y la fantasía de King permanecen intactos, sin excusas.

El director Andrés Muschietti presenta una propuesta meticulosamente elaborada que no solo satisfará a los fanáticos de la obra original, sino que también sorprenderá a las nuevas generaciones.

Si bien 'Eso' es visualmente impactante, elegante y sofisticada, el terror real sucede dentro de la mente del espectador, que nos empuja hacia un precipicio del que será tan difícil escapar como lo será para los adolescentes protagonistas de la cinta.

Certera adaptación del mundo literario de Stephen King, esta película es la mezcla balanceada entre el mainstream comercial y la artesanía digna.

Un filme que entretiene y horroriza, y que tiene mucha más aristas que todas esas porquerías de películas gore que nos venden como cine de terror y que no son más que bodrios, rejuntes y bazofias.

Solo la primera secuencia basta para evidenciar que esta película emplea los recursos del género con un propósito diferente. El director ha conseguido crear una obra destacable que, además, otorga un nuevo significado a la obra literaria original. No es un logro menor.

Un filme que, con un reparto juvenil atinado y elocuente, y una recreación de época estupenda, eleva el género como si fuera un globo de helio: de una forma hipnótica y entretenida.

La película sería más efectiva siendo un tanto más corta o mucho más larga, al estilo de las recientes series de TV. Así, por momentos, parece quedarse a mitad de camino entre los dos ejes más fuertes de su historia.

El director logra un brillante crescendo narrativo, considerando lo coral del asunto, casi como si fuera un Robert Altman del terror, y dosifica el relato con imaginativos momentos horripilantes.

Los poco imaginativos guionistas de 2017 eligieron repetir el famoso título de It, no así su argumento. A la escasa inventiva para este trabajo, por haber tomado prestado un nombre ajeno, se asocia otra falta de originalidad: su historia.