Críticas Julieta (2016)

No logra transmitirme nada, ni emocional ni artístico. Es el problema que entraña no creerte nada, ni lo que expresan los personajes ni lo que callan.

El relato de Almodóvar es, hasta la fecha, el más literario, contenido y sutil. Quizás por eso lo desarrolla sin giros de guión sorprendentes, sin cambios de género, ni retruécanos o hipérboles.

Pedro sin almodovarismos. Es un drama maternofilial esculpido, desde los propios intestinos, con la delicadeza y sensibilidad del mejor clasicismo.

Almodóvar conserva el misterio hasta el último fotograma, manteniendo al espectador siempre un paso atrás.

El choque entre la pena estoica de los personajes de Munro y los instintos desavergonzados del director tensa la historia, haciéndola difícil de olvidar.

Una intrigante obra menor. No es tan interesante como otras películas de Almodóvar, pero es una obra fluida y atractiva.

Probablemente este melodrama romántico no se ubique entre los mejores títulos de su dilatada y magnífica trayectoria, pero tiene múltiples atributos y hallazgos artisticos.

Una decepción en toda la línea, un melodrama pueril que podría ser escuchado a ojos cerrados, a la manera de un radioteatro.

Almodóvar no cae en lo telenovelesco. Tampoco en los excesos. De ahí que 'Julieta' sea una película atípica, pero igualmente fácil de descubrir su autoría.

Almodóvar presenta el filme más convencional de su carrera, narrado de manera fragmentada, donde ciertos pasajes parecen innecesarios. Finalmente, se desarrolla un melodrama tradicional que resulta algo vacío.

El Almodóvar camaleónico e imprevisible, con sus fuertes altibajos que desalientan o entusiasman a sus seguidores, consigue plasmar en 'Julieta' un resumen de sus mejores obsesiones artísticas.

Almodóvar confirma una vez más que no hay nadie como él para retratar el universo femenino, incluso en lo que probablemente no es de sus mejores películas.

El relato queda violentado por la elipsis, pero Almodóvar trata esta discontinuidad tal tacto que le permite insertar varios, y muy bellos paréntesis onírico-naturalista, (...) Almodóvar remata contrariando expectativas, proponiendo no un cierre, sino una apertura de infinitas posibilidades.

En 'Julieta', el director manchego, en su intento por ser fiel a su estilo, sacrifica tanto la estructura como, lo que es más preocupante, la congruencia y la legitimidad de la narración.

'Julieta' no es la película más extraordinaria de una carrera que acumula 20 largometrajes llenos de altibajos. No obstante, su contención y austeridad sugieren que el cineasta está alcanzando un notable grado de madurez. Almodóvar regresa, aunque su presencia nunca se ha desvanecido.

Es, aclaremos, una especie de Almodóvar depurado, sin aditivos, esencial, sin pies de página para la risa, pero sin golpes bajos tampoco.

'Julieta' no termina de consolidarse. Aunque es más atrevida de lo que aparenta a simple vista, sigue siendo una película que no logra cumplir con la expectativa inicial. El último trabajo del director español no alcanza el nivel de sus obras más destacadas.

Un choque de sensibilidades extraño e insatisfactorio.

En esta ocasión, Almodóvar intenta una especie de homenaje a Hitchcock, presentando un misterio que carece de crimen, adornado con su característica paleta de vibrantes colores primarios. Sin embargo, la intriga no resulta ni por asomo tan cautivadora como la de cualquier obra de ese maestro del suspenso.

El nuevo film del director manchego posee el nivel dramático, el estilo refinado y la madurez reflexiva que caracterizan esta etapa de su trayectoria.