Críticas El rey león (2019)

Si evaluáramos la película únicamente por su aspecto técnico, sería excelente. Se puede notar un alto nivel de profesionalismo, pero a la vez, carece de emoción. El realismo que presentan los animales puede dificultar la conexión con los personajes.

Prepárense para una decepción mayúscula. Pone énfasis en el 'realismo' a expensas del entretenimiento, debilitando su lado melodramático y restando importancia a su dimensión emotiva.

La historia y las canciones, con algunos cambios notables aunque esperados, son fieles a la original. La magia se mantiene intacta.

Ha perdido la noción de lo que hizo a Disney especial. Es una película bien animada, pero carece de creatividad, como un autorretrato de un estudio que se está mordiendo la cola.

Un reparto sólido, unas imágenes impresionantes y la clásica versión animal de Hamlet hacen que sea una de las historias más entretenidas del estudio.

Es una película pulcra y satisfactoria, aunque está más cerca de ser un producto de consumo que otros remakes animados de Disney.

Técnicamente, la película es impresionante. Sin embargo, al adentrarse en el ámbito del fotorrealismo, su tono ha sufrido un notable cambio.

Te asombrará por lo que consigue con el ordenador, pero no es capaz de alcanzar las cotas emocionales del clásico de Disney.

Es una abominación. Parece que se trata de un documental de naturaleza que ha sido manipulado para dar lugar a una nueva versión de 'El Rey León'.

Estas imágenes fotorrealistas me cautivan tanto como las originales hechas a mano. Estoy seguro de que también impresionará a los espectadores más jóvenes.

Gracias a las memorables interpretaciones vocales y a sus hermosas imágenes, esto se convierte en una celebración digna del clásico.

Los detalles visuales son asombrosos y la animación alcanza un nivel de perfección anatómica. Sin embargo, la película se apoya demasiado en la original, lo cual representa un gran inconveniente.

Lo mejor es que Favreau ha logrado transmitir un mensaje ecologista significativo en la pantalla, superando incluso los elementos Shakespearianos de la historia.

La película presenta momentos destacados y si no has experimentado el clásico, te impactará considerablemente. No obstante, carece de originalidad.

Todo parece avanzar en piloto automático. Las actuaciones, las canciones y la historia no logran conectar. Nada funciona.

El empeño en dotar de realismo propio de un documental de naturaleza limita movimientos y expresiones. Los colores ya no son deslumbrantes, sino que se reducen a gamas de marrón; además, las coreografías resultan ser bastante pobres.

Consigue materializar de una manera visual completamente alucinante la idea de una realidad que es pura animación. Es mucho más que un notable tour de force técnico, tecnológico y artístico.

Técnicamente impecable, esta remake del clásico de Disney de 1994 carece de una razón de ser más allá de su proeza técnica. Se presenta la misma historia, casi sin modificaciones, y le falta la gracia y belleza que caracterizan a la original.

Esta remake se asemeja a un homenaje del clásico de animación de Disney, reproduciendo casi cada escena. Resulta emotiva.

Hay una distancia insalvable entre contenido y forma que convierte a 'El rey León' en una película vívida pero gélida, simpática aunque carente de corazón y, lo peor, con poca, muy poca capacidad de empatía.

Un film un tanto perezoso, puro alarde técnico que se agota tras la primera secuencia. Lo mejor: la participación de Seth Rogen como Pumba.

A pesar de ser un gran avance tecnológico en el cine, el remake hiperrealista de Jon Favreau no logra capturar la magia del clásico animado de Disney.

'The Lion King' es una película que visualmente te cautivará. Es una magnífica ocasión para volver a vivir las peripecias de Simba, Timón y Pumba, además de deleitarse con sus inolvidables canciones.

Evocando el naturalismo de un documental de vida salvaje y con un elenco estelar de voces que no hace demasiada diferencia, 'El Rey León' se queda lejos de los momentos emotivos, cómicos e inspiradores que hicieron de la original un clásico.

No es una película, es un vulgar despliegue de poder. A Disney no le interesa contar la historia “para una nueva generación”, lo que le interesa es demostrar su poder de cómputo y su habilidad técnica.

Seguirá siendo del agrado de los jóvenes de 2019 y de sus padres, a pesar de todo. Los niños y los animales son los que realmente atraen la atención en una película, incluso si han sido creados mediante computadora.

El claro intento de Favreau de respetar la memoria del público, la película impacta de manera inicial por lo sorprendente de sus imágenes, pero en varios momentos el ver más de lo mismo se vuelve un poco decepcionante.

El contraste entre los sucesos inverosímiles en pantalla y el hiperrealismo de las imágenes no siempre logra funcionar. Hay momentos que resultan fascinantes, pero en general, lo que se presenta tiende a ser ridículo.

La original se destaca por su amplitud y belleza, además de la actuación de Jeremy Irons. Esta nueva versión es recomendable por su entretenimiento y por su capacidad de sumergirte en un mundo fantástico que se siente real.