Críticas Toy Story 4 (2019)

Esta cuarta entrega aporta tanto que los espectadores lo tendrán difícil para imaginar la franquicia sin ella. Un nuevo capítulo orgánico e intuitivo que enriquece nuestra comprensión de los personajes.

Sigue ofreciendo un nivel visual impresionante, diversión a raudales y una sensación muy enternecedora.

No alcanza las cotas emocionales de las películas anteriores. Tiene bromas que funcionan y escenas de robos que no. El final es conmovedor.

Puede que no tenga el mismo impacto emocional que 'Toy Story 3', pero mantiene el magnífico listón de la animación estadounidense actual.

La animación es realmente asombrosa y el guion me provocaba risas cada cinco minutos.

En esencia, esta película cae en la repetición de personajes, ideas y tramas, aunque mantiene una dinámica y encanto notables.

La franquicia está diseñada para asombrar a los más pequeños y tocar el corazón de los adultos. Cualquier otro aspecto que presente es algo que no se anticipa de una franquicia de tal magnitud económica, lo que la hace aún más fascinante.

Con la atención a los detalles que pone Cooley y el guion agudo de Stanton y Folsom, 'Toy Story 4' es una reflexión cautivadora sobre cómo descubrir nuestro lugar en el mundo.

A veces parece un proyecto lucrativo que no está bien desarrollado. Sin embargo, se compensa con la inclusión de algunos personajes interesantes. No se trata de lo mejor de Pixar, pero tampoco es una mala película.

Es innegablemente divertida y sincera, brindando la ternura y la alegría que solo 'Toy Story' puede ofrecer.

Una entrega excelente de una de las mejores franquicias de animación de la era moderna.

La película hace un trabajo magnífico al aceptar que los niños crecen para ser reemplazados por otros que también buscan el amor y el cariño de estos desvergonzados juguetes.

Si esta franquicia realmente planea concluir, lo está logrando de una manera excepcional.

Aunque la serie pueda parecer destinada a un público infantil, en realidad está diseñada para el disfrute de los adultos. Estos muñecos pueden provocar una adicción si se les pierde de vista, y son muchos los que se sienten atrapados por ellos.

'Toy Story 4' marca el comienzo del librepensamiento de los juguetes. Las puertas siguen abiertas, lo que sugiere que podría haber una 'Toy Story 5'.

Es buena y digna de que uno se acomode en la butaca para disfrutar de risas y lágrimas con su pandilla de plástico. Es la ocasión perfecta para cerrar dignamente la juguetería.

Un insólito revival de 'Carrusel', el musical de Rodgers y Hammerstein, se transforma en un emocionante y autorreflexivo epílogo, o podría interpretarse como un nuevo comienzo.

A pesar de que Toy Story 4 es el eslabón más flojo de la franquicia, cuenta con suficiente ingenio y humor característico de Pixar que la hace digna de ser vista.

Es una genial película fuera de serie. Cooley dirige con pasión esta placentera aventura que destila perfecciones. Es un clásico instantáneo de la animación. Una auténtica joya.

Aunque no es la mejor película de la saga, logra honrar el legado de sus predecesoras y nos entrega una historia digna de estos queridos personajes.

No defrauda en absoluto, ya que funciona a la perfección tanto en el terreno de la comedia física y de enredos como en el aspecto emocional, con -ahora sí- un cierre que parece ser la despedida definitiva.

Es un film entretenido, repleto de impresionantes logros visuales que no dejan de sorprender, pero que al mismo tiempo no aporta nada demasiado novedoso a lo que ya se había contado antes y mejor.

Entrega varias de esas secuencias de emoción genuina que solo Pixar sabe generar.

Es ligera, cómica y está llena de aventuras y momentos felices. Sin embargo, también es una profunda reflexión sobre el deber y el deseo, así como sobre la distinción, no siempre evidente, entre moral y ética. Se acerca a la categoría de obra maestra.

En apariencia, dinámica, humor y excelencia de animación, sigue siendo una película de Toy Story, pero en el fondo es algo distinto y rupturista.

Visualmente, el filme ha mejorado en cuanto a volumen, movimiento, detalle y textura de las animaciones. Además, los personajes conservan un aire familiar al mantener sus diseños originales y esa sofisticación ligeramente adulta.

Si la saga hasta ahora se ha centrado en entender quiénes somos, esta cuarta entrega, a diferencia de muchas películas infantiles superficiales, reconoce que no existe un "fueron felices para siempre".

Tiene de todo: persecuciones, romance, nostalgia, permanentes manifestaciones de amistad y una subrayada exaltación de la libertad.

Disfrutarán de esta película los niños, y en especial aquellos espectadores que crecieron con los “Toy Story” (y en el fondo del alma, no los sueltan).

El resultado se traduce en una cuarta película de buena manufactura, que apela a los personajes que se hicieron entrañables con el paso de los años.

Premisa, historia, mensaje, personajes, estructura y tono. Cada aspecto ha sido meticulosamente cuidado, lo que distingue el desarrollo de los proyectos de Pixar. El resultado final es una obra que brilla sin la presión de tener que generar un éxito de taquilla.